El tipito del logo de Clarín
consiguió una changa en Sudáfrica: como extra, tocando una vuvuzela en los
avisos institucionales del Mundial. De todos modos, no sale del rubro: las
vuvuzelas son casi tan molestas a los oídos de todos los que vemos los
partidos, como Clarín para los
funcionarios del Gobierno. La diferencia es que las vuvuzelas hacen mucho
ruido, pero no joden a nadie.
Ha surgido una nueva escuela periodística,
que podría denominarse “periodismo de confusión”. Aquí un par de ejemplos. De La Calle: si el que viene es Macri ¿pa
qué ponés la foto de otro?
Ahora de Diario Junio. La noticia es sobre gas, pero de paso te paso el dato
del azúcar. Adelantamos otros títulos en el mismo estilo: “Argentina se prepara
para enfrentar a México. Y ahora que me acuerdo, la AFIP clausuró 22 comercios
en Entre Ríos”.
Si el que viene es el gobernador Urribarri
¿pa qué ponés la foto de otro? (La Calle)
Según Clarin,
2.000 personas marcharon por la capital provincial para manifestarse “contra el
matrimonio entre personas de distinto
sexo”. Yo no les creo nada, si la consigna era esa ¡estoy seguro de que
hubieran sido muchísimos más!
El nuevo ministro reemplazante de Taiana, en 1976 dirigía un diario
que elogiaba a la dictadura. El propio Timerman lo reconocía en una entrevista
de 2007, se mostraba arrepentido y decía cuestionarse “esos meses de mi vida”. Ajá. ¿Y con eso,
qué? Si hay algo que a los Kirchner no les importa, es el pasado de la gente.
Ya se sabe que el único requisito innegociable es que sean leales. Eso sí, ojo
con este nuevo ministro, porque hay que ver si mantiene esa virtud cuando las
papas queman. Como pasó, justamente, en aquellos meses de su vida.






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