La Argentina que Dios no corrige
Fíjense la ortografía de este aviso, que sale por TV: “Deacuerdo” y “dió”. ¡No
saben escribir y pretenden decirnos cómo vivir!
Urribarri:
cero en geografía y cero en ambiente
El gobernador quiere que participen Brasil,
Chile y Paraguay como “veedores” ¿y por qué no México? El gobernador sigue sin
entender el asunto. No es que Brasil tiene que participar del monitoreo como “veedor”
o como “mediador”, sino porque en su territorio corren nada menos que dos tercios de los 1.700 kilómetros que
tiene el río Uruguay. Es decir que si en serio queremos cuidar el curso de agua
que decimos querer proteger, mal podremos hacerlo si no hay control sobre los
1.200 kilómetros que están en territorio compartido con el Brasil. Sólo los 508
km restantes transcurren entre tierras uruguayas y argentinas. Esa es la razón
por la que dese hace varios años hay quienes plantean que hay que la CARU debe
ser trinacional. A ver si se informa un poco, Gobernador, antes de hacer declaraciones
pavotas.
¿Será un mensaje subliminal?
Eso de “Parido” Socialista ¿es un elogio o
una crítica? (LT11)
El ambiente no le interesa a nadie
Según reconoce
la Secretaría de Ambiente de la provincia, el 90 por ciento de las industrias en
Entre Ríos carecen de certificado ambiental. Estamos bárbaro, porque en 2004
eran más: según un informe de la propia Secretaría de Ambiente, eran el 91% las
que tenían certificado (ver el Informe).
O sea que en 7 años no sólo no mejoramos nada, ¡bajamos un punto! ¿Y si le
pusiéramos un poquitito de la energía que le pusimos al tema Botnia, y un 10
por ciento del espacio que le han dedicado los medios al tema? ¿Podríamos haber
mejorado un poco ese índice, no?
La coherencia ideológica de La Calle
Imperdible el editorial del diario más
tradicional de la ciudad, reclamándole coherencia ideológica al Gobierno a raíz
de la renuncia de Taiana. Que La Calle
“corra por izquierda” al Gobierno, es una muestra más de la esquizofrenia que
rige la relación de los medios con el poder.
Separados
al nacer: Ricky Alfonsin y Ricky Fort
Uno de ellos, sin haber hecho absolutamente nada destacado a lo
largo de toda su vida, tras décadas enteras de rascarse y mirar el techo, ahora
está disfrutando de la herencia que le dejó su padre, y que lo ha colocado en
un lugar de enormes posibilidades, es decir que tiene la vaca atada, salvo,
claro, que se mande una macana grande en sus apariciones públicas, que lo deje
muy mal parado. El otro es el boludo de Fort, que heredó la fábrica de
chocolates y hace pavadas en los programas de TV.
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