Tuvo amplia difusión la
noticia: reinauguraron la gigantografía de Eva Perón que está en el velódromo
(técnicamente, se supone que esa zona semiabandonada por la gestión del PJ se
llama “Complejo Evita”). Y es lo único que reinauguraron, claro. El asfalto
sigue siendo un desastre, como en el cráter de la foto, los juegos en el parque
siguen igual, la iluminación nocturna es terrorífica... pero ¡la gigantografía
quedó preciosa, mire!
Parece que el Altísimo no está muy de acuerdo con el proyecto del Puente a
la Isla del Puerto. Cada vez que están por avanzar en la concreción de la
controvertida iniciativa, algo pasa: o llueve copiosamente, o crece el río, o
se inunda la zona... Dice Cristina, una de las más activas asambleístas (y atea
redomada) que en cualquier momento se vuelve creyente...
Manolito, el personaje de Mafalda, y el
senador Eric Calcagno, economista destacado y kirchnerista convencido. ¡Es
iguaaaaaaaaaal! (Podría decirse que uno de ellos es un personaje segundón, que
inició su actividad de la mano de su padre y que está muy cerca de la
protagonista principal de la historieta, mientras que el otro es un dibujito de
la tira de Quino. Pero todavía tenemos algo de simpatía por Calcagno, así que
dejamos la broma para más adelante...)
Los números son contundentes: la propuesta
de Carrió, la Sociedad Rural y la UCR de reducir las retenciones implica que
sobre un universo de 72 mil productores, el 8 por ciento de ellos —o sea 5.700
productores— van a embolsarse aproximadamente seis mil millones de pesos. La
cifra es real e impacta. Lo que Carrió, la Sociedad Rural y la UCR no explican
es por qué, con qué argumento y en base a qué estrategia política van a poner
semejante liquidez en tan pocos bolsillos. Según dice Pedro Peretti, de la
Federación Agraria, “semejante decisión no sólo es un dislate, sino una
verdadera amenaza para los miles de productores pequeños y medianos que
arriendan aún algún pedazo de campo. Pues con esa misma plata, nos van a
desplazar de los campos que nosotros estamos trabajando. Defender esa idea
sería como festejar que la guillotina funciona poniendo nosotros mismos la
cabeza”. Clarita la sintesis.
Suena lógico. Y es política y ambientalmente
correcto: reemplazar los carros tirados por caballos, por carros tirados por
personas. Está bien, es muy humanitario, hay que proteger a los pobres equinos.
De dar un trabajo digno a las personas ni hablar ¿no?
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