Esta es una prueba concluyente: tienen razón los gorilas del campo,
cuando dicen que el gobierno está lleno de zurdos montoneros. Y acá está la
prueba: el intendente Bisogni hace “obras montoneras” y se ufana de ello. ¿Cómo
que no? Acá está uno de los carteles zurditos que pusieron para promocionar las
cuadras de asfalto. ¿Y, eran o no eran zurdos? Y eso que siempre creímos que
los Scelzi eran de Guardia de Hierro. Cuán equivocados estábamos ¿no?
El ex novio de Florencia pegó estos afichecitos en la esquina de 9 de
Julio y 21 de noviembre. “Fui muy boludo por perderte”. Y según dice Florencia,
mucho más al poner esos cartelitos...
¿Actividades culturales?
“Actividades culturales” no hay en la foto que pusieron en la web de LT11. En la bajada habla de cuatriciclos
y en la foto, ¡sólo hay termas! Y que ni siquiera son de acá, por otra parte.
(Ya sé, me vas a decir que “cultura es todo”. Pero mejor ponete las pilas, che)
Varios insólitos en una sola noticia de la web de LT11. Dice que 600 mil personas visitaron la provincia en el fin de
semana largo. Claro que habría que pedirles a los muchachos que lean lo que
publican, porque el secretario de Turismo de la Nación estaba hablando de
la provincia... ¡de Buenos Aires! Entre Ríos tiene subsecretario de Turismo y se llama Adrián Stur, por las dudas.
¡Ah! Además, en el collage de la foto sólo la Costa pertenece a la provincia... ¡de Buenos
Aires, claro! Los demás son, respectivamente, el Tren de las Nubes (Salta), las
Cataratas del Iguazú (Misiones) y la
Plaza de la
República (Ciudad Autónoma de Buenos Aires). ¡Ay, ay, ay!
Según Página Política,
al candidato radical Jorge Chemes se le salió la cadena. Pero cuando uno lee
las lindezas que dijo, más bien parece que se le salieron todos los pelos de
golpista fascistoide: “Como en la guerra hay que ir matando a los de la primera
fila; hay que barrer a la mayoría, a la mugre, para después sí empezar a
remar”, dijo el candidato del Acuerdo Cívico y Social. “Lo primero es el
enemigo al que hay que matar”, dijo. Después aclaró: “No soy golpista”. ¡Ah, me
quedo mucho más tranquilo!
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